Actitud de entrega del discípulo
karpanya-dosopahata-suabhavah,
pricchami tuam dharma sammudha chetah
yac chreyah syan niscitam bruhi tan me,
sisyas te ham sadhi mam tuam prapannam
Ahora estoy confundido acerca de mi deber y he perdido toda compostura a causa de mi flaqueza, en esta condición te pido que me digas claramente lo que es mejor para mí. Ahora soy Tu discípulo y una alma rendida a Ti por favor instrúyeme. 2.7
La suprema personalidad de dios dijo: al hablar palabras doctas te lamentas por lo que no es digno de lamentación, aquellos que son sabios no se lamentan ni por los vivos ni por los muertos. 2.11
El alma y Krishna eternamente diferentes
Reencarnación
dehino smin yatha dehe, kaumaram yauvanam jara
tatha dehantara-praptir, dhiras tatra na muhyati
¡Oh hijo de Kunti! La aparición temporal de la felicidad y la aflicción y su desaparición a su debido tiempo, son como la aparición y desaparición de las estaciones del invierno y el verano, surgen de la percepción proveniente de los sentidos y uno debe aprender a tolerarlas sin disturbarse, ¡oh vástago de bharata! 2.14
Alma
avinasi tu tad viddhi, yena sarvam idam tatam
vinasam avyaysyasya, na kascit kartum arhati
Sabed que aquello que penetra todo el cuerpo es indestructible. Nadie puede destruir el alma imperecedera. 2.17
Luchar por la realización más elevada
antavanta ime deha, nityasyoktah saririnah
anasino prameyasya, tasmad yudhyasua bharata
El cuerpo material de la entidad viviente eterna, indestructible e inconmensurable, tiene un final con toda certeza; por lo tanto, lucha, ¡oh descendiente de bharata! 2.18
Alma
na jayate mriryate va kadacin, nayam bhutua bhavitava na bhuyah ajo nityah sasuato yam purano, na hanyate hanyamane sarire
Nunca hay nacimiento ni muerte para el alma. Ni habiendo sido una vez, deja de ser jamás. El alma es innaciente, eterna, siempre existente, inmortal y primordial. No se le mata cuando se mata el cuerpo. 2.20
Reencarnación
vasamsi jirnani yatha vihaya, mnavani grhnati naro parani tatha sarirani vihaya jirnany, anyani samyati navani dehi
Tal como una persona se pone nuevas vestiduras desechando las viejas, en forma similar, el alma acepta nuevos cuerpos materiales, abandonando los viejos e inútiles. 2.22
Alma
nainam chindanti sastrani, nainam dahati pavakah
na cainam kledayanty apo, na sosayati marutah
Al alma nunca se le puede cortar en pedazos con ninguna arma, ni puede quemarla el fuego, ni humedecerla el agua, ni marchitarla el viento. 2.23
acchedyo yam adahyo yam, akledyo sosya eva cha nityah sarva-gatah sthanur, acalo yam sanatanah
Esta alma individual es irrompible e insoluble; y no se le puede quemar ni secar. Es sempiterna, omnipenetrante, inmutable, inmóvil y eternamente la misma. 2.24
Reencarnación. No se lamenten
jatasya hi dhruvo mrityur, dhruvam janma mritasya cha tasmad apariharye rthe, na tuam socitum arhasi
Para el que nace, la muerte es segura; y para el que ha muerto, el nacimiento es seguro, por lo tanto, no debes lamentarte en el inevitable desempeño de tu deber. 2.27